La fijación de precios, en muchas empresas se hace básicamente, en pensar cuánto se desea obtener de ganancia en un producto o servicio a partir de su costo. Para hacerlo un poco más entendible:
PRECIO=COSTO + MARGEN
PRECIO = COSTO/PORCENTAJE DE COSTO DESEADO
VEAMOS DOS EJEMPLOS:
Tengo una producción de zapatos deportivos, los cuales tienen un costo de $20.000/par y quiero generar una utilidad de 30.000 por cada uno, por lo que mi precio de venta sería $50.000.
Tengo un restaurante y mi plato principal me cuesta $12.000 en materia prima, según los estándares de la industria, mi costo debería ser del 35% del precio de venta, por lo que mi precio de venta lo cálculo así: 12000/35%= $34.286 precio
Dos cosas básicas:
Si soy bueno en costos, estaré vendiendo por debajo de lo que mi cliente estaría dispuesto a pagar por mi producto (me castigo por ser bueno)
Si por el contrario no soy tan bueno en costos, mis precios estarán por encima de lo que mi cliente estaría dispuesto a pagar por ellos.
Al fijar los precios de esta manera no estamos teniendo en cuenta el mercado. En estos casos el precio es el reflejo del costo y no del beneficio que proporciona el producto, y la verdad es que los costos de producción no son relevantes para los clientes, en cambio el valor y los beneficios, sí.
Otra de las tácticas más comunes utilizadas por los empresarios o emprendedores para fijar sus precios, es guiarse por los precios de la competencia. Ahora bien, ¿Qué tan rentable es utilizar este método?
Para esta táctica de fijación de precios se evalúa qué ofertas tiene la competencia de mi producto y en base a eso, se establece un precio “competitivo”
Miremos las desventajas que podemos tener utilizando esta estrategia de fijación de precios:
Podemos cometer errores al comparar productos o servicios que definitivamente no son comparables entre sí.
Se puede desencadenar una guerra de precios ya que las empresas u organizaciones tienden a bajar los precios cuando la competencia lo hace, para activar las ventas.
Este análisis parte desde la observación de los productos o servicios de nuestros proyectos y los de la competencia, y no de un estudio de mercado.
Existe también, una táctica llamada “fijación de precios con políticas flexibles” muy utilizada en los entornos latinoamericanos, la cual consiste en definir un precio diferente de mis productos o servicios dependiendo del almacén, si es mi amigo, emprendedor, pequeña o grande empresa. Se diseñan unos rangos para que la persona pueda “jugar” y cerrar negocios.
Termina siendo efectiva para los “caza ofertas” y estamos cediendo ante regateos internos
Le resta seriedad al proceso de fijación de precios
Le resta credibilidad a nuestros productos o servicios
No es posible controlar la rentabilidad de nuestro negocio
Con todo esto podemos ver que las tácticas tradicionales de fijación de precios, no tienen en cuenta el valor real que el producto le proporciona al mercado y esto limita su efectividad.
A pesar de esto, las tácticas tradicionales de fijación de precios son las más utilizadas por las empresas en la actualidad.
Asesórate por profesionales en pricing y dale el valor adecuado a tus productos o servicios con una fijación de precios exitosa, esto te ayudará a mantener la rentabilidad en nuestra empresa, lo que se traduce en: ¡Felicidad!